Afortunadamente no es mi caso, pero se han dado cuenta que hay personas que está verdaderamente adictas a saber las intimidades de la gente. La verdad me impresiona, y por momentos me da hasta un poco de miedo, la facilidad con la que muchos conocen los por menores de la vida privada de algunos famosos, o personalidades destacadas de diversos ámbitos, resulta impresionante a mis ojos. Muchas veces hasta me parece que hay personas que renuncian a su propia vida, por vivir la de otros (al estar tan pendiente de las cosas que les suceden a los famosos, o seudo-famosos).
Los invito a que si conocen alguna persona así hablen con ella. Probablemente no escuche que debe de invertir mejor su tiempo en actividades que le alimente el espíritu, pero no se podrá decir que no han tenido la oportunidad de cambiar. Porque de eso se trata de elegir y dejar que el otro elija, uno puede mostrar el camino, pero lo que no puede hacer es obligar a nadie. Pensarlo un poco.